Hoy es jugador de fútbol americano en la secundaria en EEUU. Pronto será lama budista en el Himalaya

ISANTI, Minnesota, EE.UU. —

El joven lama budista —sentado en un trono cerca de un altar decorado con flores, frutas y estatuas doradas de Buda— observaba, en silencio y con una leve sonrisa, las celebraciones de su 18avo cumpleaños.

Jalue Dorje sabía que sería la última gran fiesta antes de que ingrese en un monasterio en las faldas del Himalaya, a miles de kilómetros de su hogar en un suburbio de Minneapolis, donde creció como el clásico adolescente estadounidense que juega fútbol americano y escucha música rap.

Pero esta no fue una celebración típica de transición a la adultez. Fue una ceremonia de consagración de un aspirante a líder espiritual, de quien desde muy temprana edad el Dalai Lama y otros líderes budistas tibetanos señalaron que era un lama reencarnado.

Desde el escenario, lo observaba todo: las mujeres jóvenes con máscaras blancas de barbas largas que bailaban, saltaban acrobáticamente y hacían girar palos de colores para desearle suerte en una tradición reservada para los dignatarios. El sonido de los tambores. La procesión de cientos de personas —desde niños hasta ancianos— que hicieron fila para inclinarse ante él y obsequiarle un “khata”, un pañuelo ceremonial tibetano blanco que simboliza buen augurio.

Desde un trono reservado para los lamas, percibió el aroma de platillos tibetanos preparados por su madre durante varios días y noches sin dormir. Escuchó a los monjes con la cabeza rapada, con túnicas en colores granates y dorados como la suya, cantar mantras sagrados. Detrás de ellos, sus compañeros de fútbol de la escuela secundaria, con el cabello medio despeinado, le cantaron “Feliz cumpleaños” antes de que cortara la primera rebanada de pastel.

Uno de sus amigos le dio botellas para hidratarse durante el entrenamiento en el gimnasio; otro, una tarjeta de regalo para comer en el restaurante Chipotle Mexican Grill.

“¡Estaba asombrado!”, recordó Dorje más tarde. “Normalmente, estaría en la sección de monjes mirando a quienquiera que estuviera celebrando. Pero esa noche fue para mí”.

Ver el partido de fútbol americano de los lunes y memorizar antiguas oraciones budistas Desde el reconocimiento que le dio el Dalai Lama, Dorje ha pasado gran parte de su vida en entrenamiento para convertirse en monje, en el que ha memorizado escrituras sagradas, practicado caligrafía y aprendido las enseñanzas de Buda.

Después de que se gradúe en 2025, se dirigirá al norte de India para unirse al Monasterio Mindrolling (Sitio de la Emancipación Perfecta), a más de 11.500 kilómetros (7.200 millas) de su hogar en Columbia Heights.

Tras varios años de contemplación y ascetismo, espera regresar a Estados Unidos para enseñar en la comunidad budista de Minnesota. Su objetivo es “convertirse en un líder de la paz”, siguiendo el ejemplo del Dalai Lama, Nelson Mandela y Gandhi.

“Habrá mucho sacrificio involucrado”, dijo Dorje. Pero los sacrificios no son algo nuevo para él.

Recordó todas las mañanas en las que recitaba oraciones ancestrales y memorizaba escrituras budistas, y que su padre con frecuencia lo recompensaba con tarjetas de Pokémon.

“De niño, incluso los fines de semana, piensas: ‘¿Por qué no puedo dormir más? ¿Por qué no puedo levantarme y ver dibujos animados como los demás niños?’. Pero mi papá siempre me decía que era como plantar una semilla”, refirió, “y un día va a brotar”.

Todo comenzó con el proceso de identificar a un lama, el cual se basa en señales espirituales y visiones. Dorje tenía unos 4 meses cuando fue identificado por Kyabje Trulshik Rinpoche, un venerado maestro del budismo tibetano y líder del linaje Nyingma. Posteriormente varios lamas confirmaron que era el octavo Terchen Taksham Rinpoche, el primero de los cuales nació en 1655.

Después de que el Dalai Lama lo reconociera a los 2 años, los padres de Dorje lo llevaron a conocer al líder espiritual del budismo tibetano cuando visitó Wisconsin, en 2010.

El Dalai Lama cortó un mechón de cabello de Dorje en una ceremonia y aconsejó a sus padres que permitieran que su hijo permaneciera en Estados Unidos para perfeccionar su inglés antes de enviarlo a un monasterio.

Dorje habla inglés y tibetano con fluidez. Creció leyendo la serie de novelas gráficas manga “Buda” y es un ávido aficionado a los deportes. Es fan de los Timberwolves en baloncesto, del Real Madrid en fútbol y de los Falcons de Atlanta en fútbol americano. Incluso tiene una tarjeta de novato del receptor abierto Drake Londo pegada en la parte posterior de su celular, que llevó envuelto en su túnica durante su fiesta.

En el campo de fútbol, donde tiene la posición de guardia izquierdo, sus compañeros de equipo elogiaron su positividad, y que suele recordarles que se diviertan y no se dejen desalentar por las derrotas.

“Es alguien a quien admirar”, indicó Griffin Hogg, de 20 años, un exjugador que se convirtió en mentor de Dorje. Dijo que aprendieron el uno del otro, y atribuye a Dorje el haberlo ayudado a encontrar su espiritualidad. “Soy una persona más relajada después de conocerlo y comprender su propio viaje”, señaló.

Si bien Dorje intenta no perderse nunca los partidos de la NFL del lunes por la noche, siempre está presente para ayudar con cualquier evento organizado por la comunidad tibetana local, una de las más grandes de Estados Unidos.

“Tiene un pie en la vida normal de la escuela secundaria y el otro en esta increíble cultura tibetana que tenemos en el estado de Minnesota”, dijo Kate Thomas, una de sus tutoras y coordinadora de aprendizaje en el Instituto Bodhicitta Sangha (Instituto de la Comunidad Corazón del Despertar), en Minneapolis.

“Puedes ver que se siente cómodo al desempeñar el papel de sentarse en un trono, de participar y ser honrado como una persona respetada en su comunidad, como una figura religiosa. Y, sin embargo, en cuanto tiene la oportunidad, quiere salir y pasar el rato con sus amigos de la secundaria”, agregó. “Ese es un testimonio de su flexibilidad, su apertura de mente”.

Escuchar rap y hacer que los tibetanos se sientan orgullososDurante años ha seguido la misma rutina: se despierta para recitar textos sagrados y luego asiste a la escuela, seguido de entrenamientos de fútbol americano. Regresa a casa para recibir clases particulares sobre historia tibetana y budismo. Más tarde podría practicar caligrafía o correr en una caminadora mientras escucha a BossMan Dlow, Rod Wave y otros raperos.

Aunque fue entronizado oficialmente en 2019 en India, se estima que 1.000 personas se reunieron en la Fundación Tibetana Estadounidense de Minnesota para esta ceremonia reciente.

“Él nos une: Jalue siempre está aquí para nosotros”, dijo Zenden Ugen, de 21 años, un amigo de la familia y vecino quien interpretó danzas tibetanas en el evento.

“Le deseo lo mejor en la vida porque nacer y no poder elegir tu vida debe ser muy difícil”, dijo Ugen. “Pero él tiene una responsabilidad y su capacidad para asumir esa responsabilidad… él me inspira mucho. Sólo espero que siga siendo quien es”.

Tashi Lama, el orgulloso tío de Dorje, lo vio crecer y convertirse en un maestro budista.

“Es alguien que va a ser un líder, que va a enseñar compasión, paz, amor y armonía entre los seres vivos”, dijo sobre su sobrino, a quien a menudo se le llama “Rinpoche”, una palabra tibetana que significa “el que tiene gran valor”.

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