JERUSALÉN — Autoridades israelíes exigieron el miércoles la libertad de atacar a Hezbollah en Líbano como parte de cualquier acuerdo de alto el fuego, lo que plantea una posible complicación, mientras un enviado estadounidense de alto nivel se encuentra en la región intentando alcanzar un acuerdo.
El hecho se produjo después de un ataque aéreo alcanzara la histórica ciudad siria de Palmira, matando a 36 personas, según medios estatales sirios, que atribuyeron el ataque a Israel. El ejército israelí se negó a comentar.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, y el ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Saar, dijeron que Israel buscaba reservarse el derecho de responder a cualquier violación por parte de Hezbollah bajo cualquier posible propuesta, la cual retiraría a los combatientes del grupo armado y a las fuerzas terrestres israelíes de una zona de amortiguamiento de la ONU en el sur de Líbano.
Ha habido señales de avance en el acuerdo de alto el fuego, y los aliados de Hezbollah en el gobierno libanés han dicho que el grupo político-paramilitar había respondido positivamente a la propuesta.
“En cualquier acuerdo que alcancemos, tendremos que mantener nuestra libertad de actuar si hay violaciones”, dijo Saar ante docenas de embajadores extranjeros en Jerusalén. “Tendremos que poder actuar a tiempo, antes de que el problema crezca”.
En una reunión con oficiales del cuerpo de inteligencia, Katz dijo que “la condición para cualquier acuerdo político en Líbano” es el derecho del ejército israelí “de actuar y proteger contra Hezbollah a los ciudadanos de Israel”.
Amos Hochstein, el hombre clave del gobierno de Biden en Israel y Líbano, ha trabajado en los últimos días para llevar a las partes hacia un acuerdo. Se reunió esta semana con autoridades en Líbano y dijo el miércoles que viajaría a Israel en un intento de “tratar de cerrar esto si podemos”.
El martes, Hochstein dijo que un acuerdo para poner fin a la guerra entre Israel y Hezbollah está “a nuestro alcance”.
En más de un año de intercambios, más de 3.500 personas han sido asesinadas en Líbano, la mayoría en el último mes, informó el Ministerio de Salud, y más de un millón de personas han sido desplazadas. Se desconoce cuántos de los muertos eran combatientes de Hezbollah.
En Israel, más de 70 personas han muerto por fuego de Hezbollah, y decenas de miles han huido de sus hogares.
La propuesta de Hochstein se basa en la resolución 1701 de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 entre Hezbollah e Israel. En la resolución se estipula que solo el ejército libanés y los cascos azules de la ONU deberían operar en el sur de Líbano.
Sin embargo, después de 2006, Hezbollah nunca se retiró completamente del sur. Líbano también acusa a Israel de violar la resolución al mantener el control de una pequeña área fronteriza disputada y realizar frecuentes vuelos militares sobre Líbano.
Israel afirma que, desde entonces, Hezbollah ha desarrollado una infraestructura militar en pueblos y ciudades del sur de Líbano.
La propuesta que se analiza actualmente incluiría un plan de implementación y un sistema de monitoreo para garantizar que cada bando cumpla con sus obligaciones de retirarse completamente del sur. Eso podría incluir a Estados Unidos y Francia, pero los detalles aún no están claros.
Asimismo, es poco probable que Líbano acepte un acuerdo que permita que Israel viole su soberanía.
Y aunque la propuesta intenta establecer un mecanismo de implementación, el hecho de que la resolución de la ONU no haya logrado ponerse en práctica plenamente después de la guerra de 2006 podría indicar las dificultades para que las partes mantengan un alto el fuego sostenible que traiga una paz duradera.
Israel ha continuado sus bombardeos contra Hezbollah durante los intentos de alto el fuego, y han seguido cayendo cohetes sobre el norte de Israel. Cualquier presunta escalada podría descarrilar las conversaciones.
Israel sigue combatiendo a Hamás en la región, y ha elevado la cifra de muertos a casi 44.000, más de la mitad de ellos mujeres y niños, según autoridades locales de salud, que no distinguen entre civiles y combatientes en su conteo.
Aunque Hezbollah dijo, durante la guerra en Gaza, que no dejaría de disparar a Israel hasta que terminara la lucha en el territorio palestino, esa condición fue abandonada en septiembre después de que Israel intensificara su ofensiva contra el grupo armado, matando a sus principales líderes y degradando sus capacidades militares.
Eso deja a Gaza esperando un alto el fuego propio, mientras sus habitantes siguen soportando una crisis humanitaria que ha desplazado a gran parte de los 2,3 millones de personas del territorio y ha provocado hambre generalizada, especialmente en el norte donde, según la ONU, prácticamente no se ha entregado alimentos ni ayuda humanitaria durante más de 40 días debido al asedio militar israelí.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.