Centenares de personas hicieron largas colas en la sede del club Nacional de Montevideo para brindar el jueves su último adiós al zaguero Juan Izquierdo, cuyo deceso a los 27 años a raíz de un paro cardíaco en pleno partido causó consternación en Uruguay.
A lo largo de la mañana, miles de hinchas y simpatizantes despidieron en la sede social del club uruguayo a Izquierdo, quien falleció la noche del martes en un hospital de Brasil.
El futbolista desfalleció en los minutos finales de un encuentro ante el Sao Paulo brasileño por la Copa Libertadores el jueves pasado. El zaguero llegó a pasar cinco días ingresado en cuidados intensivos.
Las inmediaciones de la Avenida 8 de Octubre de la capital uruguaya se tiñeron de azul y rojo gracias a las banderas, flores, velas, cartas y dibujos colgados en las rejas en memoria del jugador. En la calle imperaba el silencio, aunque, en ocasiones, los hinchas lo rompieron con intensos aplausos.
Tras una breve ceremonia íntima para la familia, el club abrió sus puertas para la columna de personas, vestidas con camisetas de todos los clubes de Uruguay, que se aglomeraban a lo largo de una manzana entera horas antes de que iniciaran las exequias. A las 11 de la mañana local (1400 GMT), el público pudo ingresar al salón cristal de la sede, donde en el interior ya se encontraba parte del plantel del Peñarol — archirrival de Nacional y por el cual Izquierdo militó en 2019.
Aunque enemigos en la cancha, este jueves, Nacional y Peñarol lloraron juntos.
“Nos duele a todos los uruguayos, sea del Nacional o no”, afirmó Catalina Antuña, de 17 años. Hincha de Nacional, la joven acudió al velatorio acompañada de su amiga Juana Fleitas, aficionada de Peñarol.
“Era un jugador que siempre estaba firme. (Fue) un guerrero que luchó hasta el último momento”; completó Fleitas.
Entre la multitud que vino a despedirse, estaban también cinco jugadores de Sao Paulo, el vicepresidente del equipo, Harry Massis, y seis hinchas brasileños que fueron invitados por el club en representación de la barra del Tricolor Paulista.
“(El incidente) pasó en nuestra casa, en nuestro estadio y lo sentimos como si fuese nuestra familia”, dijo a los periodistas el defensa y capitán Rafinha.
Nacional informó que no habrá sepelio tras el velatorio público. El club decretó la víspera cinco días de duelo con banderas a media asta, mientras que la Asociación Uruguaya de Fútbol estableció el luto oficial en el deporte hasta el domingo próximo.
“Estamos viviendo una jornada luctuosa para el fútbol, para la sociedad, para el fútbol sudamericano, para el fútbol de todo el mundo”, dijo a la prensa el presidente de la AUF, Ignacio Alonso, quien también acudió a la sede de Nacional. La consternación generalizada “habla por sí misma de la injusticia de su partida prematura y habla de la manera humana del jugador”, añadió.
En su trayectoria futbolística, Izquierdo pasó por Peñarol y Wanderers antes de emigrar al San Luis de México. Volvió a para vestir la camiseta de Nacional en 2022 y regresó a éste en 2024 tras un breve paso por el Liverpool uruguayo — donde fue una de las figuras que les llevó al título nacional en 2023, el primero del club en más de un siglo.
Pocos días antes del fatal desenlace en Brasil, el zaguero y su esposa Selena dieron la bienvenida a su segundo hijo, lo que ha generado una conmoción que superó las fronteras del universo futbolístico.
“Yo soy padre, soy hijo, tengo dos niños también. Entonces es bravo, uno se imagina en esa situación y ojalá Dios nunca permita que tenga que pasar por algo así”, dijo Fabián Fuentes, de 35 años, quien se desplazó junto a su pequeño hijo Jeremías desde la Gruta Lourdes, en las afueras de la ciudad, para darle un último adiós al futbolista.